No me cansaré de decir que nuestro Ordenamiento Jurídico está lleno de leyes absurdas, incongruentes y contradictorias. Empezando, nada más y nada menos que por la mismísima Constitución Española. En mi opinión, ésto puede ser el resultado del afán del Estado por querer regularlo todo.
Me llama la atención esta reflexión de Iñaki Gabilondo, la cual puede hacernos pensar un poquito y reflexionar sobre todo este tema de crear leyes para todo, que creo que está empezando a irse de nuestras manos:
“…que obsesión española por regularlo todo, lo cual, por acumulación, produce verdaderos galimatías. El debate suscitado por el tema de los dieciséis años es reflejo del lío que tenemos con las edades.
Sígannos, si pueden, en este recorrido manicomial. Una niña debe usar sillita infantil homologada en el coche hasta los doce años. Al año siguiente, con trece, puede consentir en relaciones sexuales. A los catorce ya podría casarse, aunque en la celebración de su boda no podría beber bebidas alcohólicas. A esos mismos catorce años puede hacer testamento pero no se le permite viajar como acompañante en una moto. A los famosos 16 años de la polémica, es mayor de edad sanitaria y puede, por ejemplo, decidir un transplante, pero no puede hacerse un piercing o un tatuaje, ni puede abrir una cuenta corriente, ni votar.
Esta descacharrante cadena de contradicciones es un simple reflejo del estupor mas viejo del mundo, el que nos produce ver crecer y hacerse mayores a nuestros hijos, a los que no sabemos si tratar como niños o como adultos. Ese estupor universal, en España lo queremos ocultar dictando leyes, espasmódicamente. Ahora pretendemos que la ley obligue a las adolescentes a tener confianza en sus padres”.
Aquí os dejo un elnlace al vídeo de donde saco este extracto.
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