jueves, 3 de diciembre de 2009

Cuentos: "La oración de la rana"

Hoy en clase, el profesor nos ha estado leyendo algunos relatos cortos, sobre los cuales muchas veces podemos pararnos a reflexionar. Estos relatos me han recordado un libro que me regalaron hace algún tiempo: "La oración de la rana" de Anthony de Mello. El libro consta de un compendio de cuentos y relatos cortos sobre diversos temas, cuyo contenido nos lleva a reflexionar.

Os pongo aquí algunos de esos cuentos.

Un filósofo que tenía un solo par de zapatos pidió al zapatero que se los reparara mientras él esperaba. "Es la hora de cerrar", le dijo el zapatero, "de modo que no puedo reparárselos ahora. ¿Por qué no viene usted a recogerlos mañana?"

"No tengo más que este par de zapatos y no puedo andar descalzo". "Eso no es problema: le prestaré a usted hasta mañana un par de zapatos usados", le dijo el zapatero.

"¿Cómo dice? ¿Llevar yo los zapatos de otro? ¿Por quién me ha tomado?"

"¿Y qué inconveniente tiene usted en llevar en los pies los zapatos de otro cuando no le importa llevar las ideas de otras personas en su cabeza?"


Un avaro enterró todo su oro al pie de un árbol que se alzaba en su jardín. Todas las semanas lo desenterraba y lo contemplaba durante horas. Pero un buen día, llegó un ladrón, desenterró el oro y se lo llevó. Cuando el avaro fue a contemplar su tesoro, todo lo que encontró fue un agujero vacío.

El hombre comenzó a dar alaridos de dolor, al punto que sus vecinos acudieron corriendo a averiguar lo que ocurría. Y cuando lo averiguaron, uno de ellos le preguntó: "¿Empleaba usted su oro en algo?"

"No", respondió el avaro. "Lo único que hacía era contemplarlo todas las semanas".

"Bueno, entonces", dijo el vecino, "por el mismo precio puede usted seguir viniendo todas las semanas y contemplar el agujero".

<<No es nuestro dinero, sino nuestra capacidad de disfrutar, lo que nos hace ricos o pobres. Afanarse por la riqueza y no ser capaz de disfrutar es lo mismo que estar calvo y coleccionar peines.>>


En cierta ocasión, Buda se vio amenazado de muerte por un bandido llamado Angulimal. "Sé bueno", le dijo Buda, "y ayúdame a cumplir mi último deseo. Corta una rama de ese árbol".

Con un golpe de su espada, el bandido hozo lo que le pedía Buda. "Y ahora qué?",le preguntó. "Ponla de nuevo en su sitio", le dijo Buda. El bándalo soltó una carcajada: "¡Debes de estar loco si piensas que alguien puede hacer semejante cosa!"

"Al contrario", le dijo Buda. "Eres tú el loco al pensar que eres poderoso porque puedes herir y destruir. Eso es cosa de niños. El poderoso es el que sabe crear y curar."


Un grupo de estudiantes pidió al novelista Sinclair Lewis que les diera una conferencia, y le explicaron que todos ellos querían ser escritores como él.

Lewis inició su conferenia preguntando:"¿Cuántos de vosotros pretenden realmente ser escritores?" Y todos levantaron la mano.

"En tal caso no merece la pena que os hable. Mi único consejo es: id a casa y escribid, escribid, escribid..." Y, dicho esto, se guardó sus papeles en el bolsillo y abandonó la sala.

<<La educación no debería ser una preparación para la vida; debería ser vida.>>

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