viernes, 6 de noviembre de 2009

Ensayo sobre las marcas

En mi opinión, con el tema de las marcas ocurre lo mismo que con la mayoría de los temas que tienen relación con la forma de actuar de la sociedad, que no se puede generalizar. El uso de una determinada marca va en función de cada persona y cada persona es un mundo, por lo que veo un poco precipitado formarse una idea general y exacta de por qué la gente usa o deja de usar ciertas marcas.

Está claro que en este tema, la publicidad juega un papel increíblemente importante (y en cuál no...) y que en muchas ocasiones puede llegar a influir en la conducta de las personas e incitarlos a consumir un determinado producto, bien sea vendiéndoles calidad, seguridad, estatus social... cualquier cosa. Pero ¿ésto se da en todos los casos de la gente que usa marcas? No creo que todo el mundo que use o consuma una determinada marca viva engañado por la publicidad o por el influjo de una sociedad capitalista, sino que además, tendrá sus propias razones para ello, que en muchas ocasiones disten del simple consumismo o del mero hecho de haber sido cautivado por la publicidad de dicha marca. Y creo que son esas razones, o esos motivos los que se tienen que analizar para llegar a entender, o al menos, intentarlo, por qué la gente consume determinadas marcas.

Por un lado, yo creo que está la confianza que a una persona le puede presentar una determinada marca. Aquí entrarían todos aquéllos que, por ejemplo, se compran un Lacoste en lugar de cualquier otro polo en el mercadillo, no por el "cocodrilo", ni por el cierto "estatus" que pueda darle, sino simplemente porque le transmite más seguridad que el otro y está dispuesto a pagar tres veces más por una misma prenda (que esa es otra cuestión) si tiene la seguridad de que esa prenda le va a durar tres veces más que la del mercadillo. Es verdad que pueden haber cosas en las que las diferencias se noten más o se noten menos, pero eso ya está dentro de lo que vaya buscando cada uno.

En resumen, es cierto que en muchas ocasiones, algunas personas usan unas determinadas marcas por aparentar, o por querer ascender de alguna forma en la escala social. Algo que favorece de una manera muy importante a todas aquellas multinacionales que se dedican a comerciar con este tipo de productos, pues siempre habrá alguien dispuesto a comprar sus carísimos productos con tal de seguir aparentando. Sin embargo, pienso que hay otro grupo de persnoas a las que ésto les da un poco más igual; son aquellas personas que se compran unos auriculares Philips de 400 euros, en lugar de unos de 10 que venden en cualquier tienda de electrónica, porque es un amante de la tecnología del sonido y sí que es capaz de apreciar la diferencia entre unos y otros; y sin embargo, compra la ropa con ofertas de 3x1 en el Carrefour porque le dan exactamente igual unos pantalones de esos que unos Dockers, por ejemplo.

Como he dicho al principio, es un tema en el que no se puede generalizar y en el que la publicidad ejerce una gran influencia sobre el consumidor. No hay un ejemplo más claro que el famoso iPod, de la marca Apple. Hoy en día, apenas se encuentra a alguien que al aparatito donde escucha la música, lo llame reproductro mp3, sino que el 99,9% de los usuarios de este tipo de reproductores musicales se refieren a ellos como iPod, sean o no de la marca Apple.

No hay comentarios:

Publicar un comentario